El crecimiento urbano desordenado y el desarrollo de zonas industriales y comerciales entre los estados de Puebla y Tlaxcala se traduce en conflictos en la zona limítrofe en la que se encuentran 39 municipios que forman parte de la cuarta zona metropolitana más grande del país.
Según el análisis “Expansión urbana irregular, cambio de uso del suelo y deterioro ambiental en la periferia norte de la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala”, realizado por José Augusto Ramón González y Adrián Guillermo Aguilar, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), a partir de la década de los años 80, la acelerada urbanización de la ciudad de Puebla y de sus municipios vecinos provocó una transformación en la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala (ZMPT), con ello, los municipios circunvecinos a la angelópolis aumentaron su población y han dilatado los límites en su traza urbana.
“Su morfología ha mutado a una en la que, tras la guía de una vialidad van surgiendo asentamientos humanos, formales, pero, sobre todo informales, trasgrediendo las vocaciones del suelo, sean estas de uso agrícola o de alto potencial ambiental. La creciente expansión urbana, ha impactado de manera importante en lo social y lo económico, pero, sobre todo, en el ambiente, pues dicho fenómeno expansivo se manifiesta aceleradamente en la parte norte de la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala”, detalla el análisis.
El análisis resalta que parte del proceso de urbanización en la zona metropolitana se presenta a través del desbordamiento de las ciudades, llegando a las zonas rurales de su territorio.
“Esta yuxtaposición entre lo rural y lo urbano, desarrollado a las orillas de las ciudades, se ha denominado periurbanización. Dicha transformación periférica de las ciudades ha sido vista como una interfase entre la ciudad y el campo, como un continuum en constante cambio debido a la urbanización. Así, se ha considerado a la ciudad como un sujeto provocador de la periurbanización, misma que modifica a lo rural”, detalla el estudio.
Los investigadores de la BUAP, Alejandra Gámez Espinoza, Ernesto Licona Valencia y Leticia Villalobos Sampayo, destacaron en su estudio “Hacia Una Definición Sociocultural Territorial Del Valle Puebla – Tlaxcala” que a pesar de que la vida cotidiana está marcada por el ritmo económico urbano y las formas de relación social modernas, la identidad del mosaico de pueblos que conforman el valle, en el altiplano central, queda condiciona por rasgos socioculturales campesinos-indígenas.
“A la vez que el valle se moderniza de manera vertiginosa, se siguen reproduciendo elementos culturales anclados en el territorio, lo que ha producido un amplio abanico de identidades”, detalla el análisis.
Más de 46% de la población total de la entidad poblana se concentra en 10 municipios que forman parte de la Zona Metropolitana, situación que se presenta por factores como el crecimiento de la industria automotriz.
De acuerdo con análisis de Mario Gómez Soberón, coordinador regional en Puebla del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la concentración de población se ha modificado en la zona centro del estado debido, entre otros factores, a las plantas automovilísticas.
“Vemos la forma en que Puebla capital se fue ocupando, aunque tiene una menor tasa de crecimiento, su situación es compleja porque ya no hay espacio. La atención de servicios es muy compleja. Ahora, la mancha metropolitana de Puebla se ve que cambió y se puede ver que los municipios aledaños son los que tienen mayor crecimiento. Nuestra tasa de crecimiento poblacional es de 1.3%. Vemos una concentración de población en la zona metropolitana de Puebla, en la región Puebla-Tlaxcala”, explicó.
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